1. Rostro autoritario
Desde muy temprano Bukele mostró una faceta autoritaria. Los despidos de funcionarios sin proceso legal en Twitter, el bloqueo a la prensa de sus iniciativas, el ocultamiento de información y el empoderamiento y politización de sus cuerpos de seguridad llevaron a abusos más grandes. Entre estos, la toma militar de la Asamblea, el desafío de fallos judiciales y ordenar un golpe a la independencia judicial. En tres años parece que para el presidente el Estado de derecho es algo prescindible.
2. Más poder para la Fuerza Armada
El Gobierno de Nayib Bukele le ha apostado a que haya más miembros, más presupuesto y más armas. Además, se ha permitido la intervención de policías y soldados en asuntos políticos, como la toma militar de la Asamblea. Finalmente, preocupa el creciente rol militar en tareas de seguridad pública, en apoyo a medidas sanitarias y en el régimen de excepción.
3. Anular el sistema de control de frenos y contrapesos
Bukele ha sido muy efectivo en cooptar cualquier institución que pueda controlar sus decisiones. Alrededor de su figura y de sus caprichos políticos gravitan instituciones que deberían ser autónomas, como la Asamblea Legislativa, la Fiscalía, la Corte Suprema de Justicia, el IAIP, los cuerpos de seguridad, y muchas otras más donde funcionarios independientes fueron sustituidos por personas que responden al Ejecutivo. Además, se capturó al ente garante de la transparencia. En El Salvador, cada vez se gobierna menos con base en la ley y cada vez más, con base en lo que pueda agradar o no a Nayib Bukele.
4. El control de la población
A partir del manejo de la pandemia, se evidenció un interés por controlar al ciudadano más allá de lo que permite la ley. En el reciente régimen de excepción, sin escrúpulos se ha limitado el derecho a la circulación, a la libertad, al trabajo, a la vida misma al capturar personas inocentes y encerrarlas con criminales. Ruth López afirma que el gobierno ha evidenciado que no posee la capacidad para establecer medidas reguladoras que no impliquen coerción.
5. Limitaciones de derechos
En tres años se ha cercenado el acceso a la saber qué sucede con los recursos públicos con ocultamiento de información. Además, se ha limitado la libertad de expresión y de prensa por medio de amenazas, acoso y leyes que buscan promover la autocensura. También se ha limitado el derecho a la protesta ya que en cada marcha se advierte cómo se han intensificado los retenes para impedir que las personas se expresen.
6. La imposición de medidas sin análisis técnico
El principal interés del Ejecutivo no es que una medida tenga buenos resultados o su sostenibilidad sino que sea efectiva mediáticamente o para un efecto inmediato. Según Ruth López, buscan desviar la atención sobre temas de impacto nacional que afectan la imagen del gobierno, o demostrar autoridad y poder.
7. Medidas poco claras de seguridad
Si bien hay una reducción de homicidios significativa, los salvadoreños no tienen claro cuál es la explicación de este fenómeno. Cada vez hay más indicios y reportes que dan cuenta de un posible pacto con grupos criminales.
8. La ilusión de lucha anticorrupción
Las promesas sobre la lucha contra la corrupción que hizo Nayib Bukele en su campaña le dieron un gran rédito electoral. Pero la realidad es distinta. Su gobierno ha ocultado información y desmantelado instituciones claves en la lucha contra el mal uso de recursos públicos. Y cuando la prensa ha revelado posible uso indebido de recursos públicos, ha recibido amenazas, ataques y acos.